domingo, 22 de diciembre de 2013

Diciembre

Diciembre, un mes complicado, un mes que lo único que tiene de lindo es la sublime rascada de huevos en las vacaciones, un mes en el cual llega la estación del año mas odiada por mi persona, un mes donde todos se comen el viaje de Papá Noel, el mes donde se finaliza un año, pero sobre todas las cosas, un mes en el cual se rinde las materias que todos los forros nos llevamos por no hacer nada durante el año. A continuación les voy a contar mis experiencias en las mesas de diciembre y algunas que otras cosas que se me ocurran.
Antes de empezar quiero agrandarme contándoles que me llevé 9 materia y saqué 7. SOY EL PUTO AMO DE DICIEMBRE.
Uno no hace una verga desde que empiezan las clases en marzo hasta que finalizan en fines de noviembre o principios de diciembre. Te sacaste mínimo 5 unos, 6 tres, 8 cincos y si llegaste al 6 eras el rey de los vagos del fondo, y ni hablar de aprobar, pasabas a ser como un Dios del olimpo que merecía el eterno respeto, dormiste, jugaste emocionantes partidas de chancho con tus amigos sin tener el mismo respeto por la ilusa profesora que todavía tenía esperanzas de que dejemos de gritar como como drogadictos: CHANCHO seguido por el horrible ruido de las manos golpeando contra la mesa, puteaste alguna profesora, vaciaste algún que otro matafuego y también hiciste renegar al gil que limpia, la pasaste de 10, eras feliz, eras un campeón, pero todo tiene un fin, te rescatas que te llevas 11 materias y las rendís en 3 semanas, ahí es donde pensas: Santa cachucha, estoy al horno, y ahí es también cuando te empezas a preocupar por pedir carpetas, conseguir programas e ir a la semana de orientación a chupar las medias a las profesoras y después viene la parte mas dura: Estudiar toda la tarde.
 Lo que mas me gusta de rendir es ver las caras que hay en el pasillo, las caras de la vageza personalizada, caras de: "No se un carajo, y me la re banco puto del orto".Que hermosas caras esas. La otra parte que me gusta es cuando aprobas y te vas saltando por el pasillo como si adentro del aula hubieses hecho una prueba sobre distintos tipos de merca existentes. Hermosa sensación. Pero no nos olvidemos de la parte fea: Esperar la nota durante 1 hora 30 en un pasillo donde la temperatura mínima es de 38°C, es comparable con perderte en un horno (?) y mientras esperas te preguntas: "Que mierda se les pasa por la cabeza a los enfermos que dirigen este colegio? ¿No se dan cuenta del zarpado calor que hace acá, putos?" Pregunta que se da todos los años, y para sumarle mas bronca los forros de los preceptores se encierran con su aires acondicionado como si los muy forros fuesen señores burgueses y nosotros unos esclavos inservibles, bueno, un poco lo somos. Pero esperar en el pasillo no es todo sufrimiento, te hechas con tu amigo a hablar de las mayores pelotudeces que se te pueden ocurrir, como cuando con un amigo nos pusimos a sacar la cuenta sobre cuantas veces fui a rendir contando también febrero y previas, fueron casi 50 veces, sin exagerar. Nos reímos un buen rato por ese curioso dato.
Bueno, haciendo algunas excepciones ir a rendir un chota, si estas leyendo esto y no te llevaste ninguna todavía te recomiendo que sigas así, campeón.

Muchas gracias por leer, puto/a del orto, y retomando lo que dice el hindú: Vuelvas prontos.